sexta-feira, 22 de novembro de 2024

GREVE GERAL EM GUAYAQUIL * Consulado dos EUA em Guayaquil/Equador

GREVE GERAL EM GUAYAQUIL
15 DE NOBIEMBRE DE 1922
MASSACRE DE GUAYAQUIL


Este 15 de noviembre último se conmemoró un aniversario más de lo que a juicio del Cónsul de los estados unidos en Guayaquil, se trató de un levantamiento Bolchevique, tal cual lo relata en su informe a su gobierno, fechado unos días después de los infaustos sucesos ocurridos en Guayaquil.

Como preámbulo a la huelga del 15 de noviembre de 1922, es decir un mes antes, los trabaja-dores del Ferrocarril de Durán, declararon el 20 de octubre de 1922, una huelga, exigiendo a la a la empresa de Ferrocarriles, un pliego de peticiones en el que se exigía aumento de salarios, así como na serie de mejorar laborales para los trabajadores ferroviarios.

Esta huelga que comenzó como un reclamo de los trabajadores del ferrocarril de Durán, pronto escaló, y se sumaron las estaciones de Huigra, Alausí, Riobamba, Quito, obligando al Gobierno de José Luís Tamayo, ex empleado del Banco Comercial y Agrícola, quienes preocupados por las dimensiones que escaló el conflicto, presionaron a la compañía de ferrocarriles, para que acepte los pedidos de los trabajadores.

Esta fue la primera huelga nacional victoriosa, que sirvió como ejemplo para los trabajadores de las compañías de Luz Fuerza Eléctrica y Gas, así como la de los Transportes Urbanos, el día 8 de noviembre de 1922, por la mañana, comunicaron a los gerentes de estas empresas, un pliego de peticiones, que indicaron debería ser resuelto en 24 horas a raíz de la fecha presentación de las demandas.

Las principales demandas contaban de aumento de salarios reducción de jornadas a 8 horas, pago de sobretiempos, que las suspensiones a los trabajadores no duren más de cinco días, restitución de los compañeros despedidos por estas suspensiones, que no se les descuente de sus salarios el pago de los respuestas o arreglos de los transportes y maquinarias, que la empresa defienda gratuitamente a los trabajadores en caso de accidentes, atención de salud a los trabajadores, etc.

Ante la falta de respuestas de la patronal, los trabajadores, en Asamblea deciden la convocatoria a una huelga general, para lograr se cumplan las peticiones.

El día 10 de noviembre de 1922, varias organizaciones sindicales se suman a la huelga, adoptando como suyos los pliegos de peticiones de los trabajadores eléctricos y de la transportación urbana, entre las organizaciones obreras que se suman, encontramos las siguientes: Fabricas de trabajadores, pilladoras, aserríos, astilleros del sur de la ciudad, entre las que se encuentran San Francisco, Santa Rosa, La Fama, Molino Nacional, El Progreso, La Roma, El Arsenal, Trabadores del Muelle, La Universal, Jabonería Nacional, Casa Americana, La María, La Iberia, San Luís, los que organizaron una gran marcha de varias cuadras, que desembocó el La Plaza Roca-fuerte.

El mitin estuvo marcado por discursos de los trabajadores, sobre las malas condiciones de los trabajadores, debido a la crisis financiera internacional que había afectado los precios del ca-cao, la caída de la producción, la pérdida del valor adquisitivo del sucre frente al dólar, el incremento del costo de la vida, desempleo y precarización laboral.

La huelga se fortalecía con la sumatoria de nuevas organizaciones, como la Sociedad de cacao-teros Tomas Briones, La Sociedad de Tipógrafos del Guayas, la Asociación de Empleados de Comercio de Guayaquil, La Unión de Estibadores, la Asociación 30 de Julio, los gremios de trabajadores de la Cervecería Nacional, los Trabajadores de la Junta Proveedora de Agua Potable los Trabajadores de Aseo de Calles.

Para el día 11, se sumaron a la huelga los trabajadores de la Fábrica de Aceite, los Desmonta-dores de Algodón, Curtiembre La Palma, Rhode y CIA; la Mercedes, La Germanía, La Victoria, Trabajadores de Villa Pilar, y de la Italia.

Hasta el día 15, que tiene lugar la matanza, se realizan continuas asambleas populares, a los que se suman día sectores populares no organizados, pobladores de los barrios de la ciudad, que organizan una gran marcha que recorre las calles céntricas de la ciudad.

Esta marcha pacífica y multitudinaria, se desplaza por la avenida 9 de octubre, sin embargo, a la altura de la calle Boyacá, son dispersadas por fuego a discreción que disparan acostados desde el suelo, en los bajos del edifico de la II Zona Militar, así como desde las ventanas aledañas a este edifico.

Según el oficial al mando del Batallón Cazadores de Los Ríos, a cargo del control y represión de las movilizaciones, el fuego realizado por los soldados de su batallón, solo pretendía dispersar la movilización, los muertos ocasionados en este primer enfrentamiento, caldearían los ánimos de los trabajadores, quienes deciden repeler la agresión armada de los milita-res, e inician el asalto de tiendas vendedoras de armas, las que son usadas para la defensa del movimiento.

El saldo fue centenares de muertos y heridos, en este enfrentamiento desigual entre militares y trabajadores.

Sin embargo, la comunicación enviada por u gobierno por el Cónsul General en Guayaquil, W F Goding, misma que relata los infaustos sucesos de manera descarnada, lo que señala la permanente intervención y espionaje de los Estados Unidos en Ecuador.

CONSULADO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA

Guayaquil-Ecuador-25 de noviembre de 1922
Asunto Levantamiento de Guayaquil
Honorable secretario de Estado
Washington.

Señor; Tengo el honor de informarle sobre el reciente levantamiento de Guayaquil.

Sin lugar a dudas el peor levantamiento socialista ha tenido lugar recientemente en el Ecuador, Comenzó con la huelga de trabajadores del Ferrocarril de Guayaquil y Quito, lo cual fue informado al Departamento de Estado, el mes pasado. Esta huelga fue el preludio de lo que3 sucedió después y originada aparentemente para este propósito.

Pocos días después de que se llegó a un convenio entre la compañía del ferrocarril y los huelguistas, los trabajadores de loa compañía de fuerza y Luz Eléctrica y tranvías de la compañía de Carros Urbanos de Guayaquil, sin preaviso, presentaron sus demandas, las cuales fueron las siguientes:

DEMANADA DE LOS TRABAJADORES DE LOS CARROS URBANOS (LÌNEA DE CARROS DE MULA)

El trabajo corrido debe ser en jornadas de 12 horas y 6 horas alternadas-Pago de sobretiempo-Eliminación de suspensiones- El salario de cobradores y conductores debe ser de 4 sucres por día-Pase libre para los trabajadores-La compañía suministrará a los trabajadores uniformes e impermeables-El despido de empleados y jefes de compra mencionados-Los conductores utilizados para los funerales deben ser pagados a 1 sucre 50 por viaje-Aumento del salario del 40 al 60%- El salario del brequero debe de ser 3,20 sucres por día-Estricto cumplimiento de la Ley sobre accidentes de trabajo- y otras peticiones de menos importancia.

DEMANADA DE LOS TRABAJADORES DE LAS COMPAÑIAS LUZ ELÉCTRICA Y TRANVÍAS.

Aumento de salarios del 20 al 50 %-suministro de trabajadores adicionales por cuanto el número actual es insuficiente para la cantidad de trabajo requerido- Aplicación de la Ley de 8 horas de trabajo- Abolición del número de viajes exigidos- Defensa gratuita de los empleados en caso de accidentes o prisión- Pago de sobretiempos- Que las suspensiones no excedan 5 días de trabajo- Los trabajadores deben de ser pagados por días de trabajo y no por el número de horas de trabajadas.

DEMANDA DEE LOS TRABAJADORES DE LOS CARROS URBANOS (LINEA DE CARROS DE MULA)

Estas demandas fueron presentadas a las 9 de la mañana del día 8 de noviembre de 1922, para ser aceptadas o rechazadas en 24 horas. Ellas no fueron aceptadas y la huelga comenzó. Esta fue apoyada por “huelgas de solidaridad” de las otras organizaciones laborales una tras otra hasta que el 12 de noviembre una huelga general fue declarada.

Los empleados de la Cervecería y de la fábrica de zapatos no se unieron a la huelga en primera instancia, pero se han hecho manifestaciones sobre estas partes de los huelguistas, con lo que se vieron obligados a abandonar el trabajo, sin embargo, a la cervecería le fue permitido continuar con haciendo hielo para los hospitales y enfermos.

La ciudad quedó a oscuras por cuanto no fue producida la luz eléctrica ni la de gas. Todos los comercios cerraron lo que causó muchas pérdidas y muchos no lograron asegurar antes sus alimentos.

Las autoridades miraron con sobriedad este asunto, y muchos batallones de soldados estuvieron listos por si algún acto pudiera ser cometido. El Gobernador, el jefe de La Zona Militar y el jefe de la Policía, tomaron medidas por si otras situaciones pudieran presentarse.

Por algunos días los huelguistas ordenadamente y sin incidente, pero el 15 de noviembre, a eso de las 3 de la tarde, después de muchos discursos sanguinarios por los asesores de los huelguistas, una muchedumbre de bolcheviques recorrió las calles y se apoderaron de unos de los puestos de elecciones, era día de elecciones, donde ellos desarmaron a la policía. Al oír los disturbios los soldados se acercaron en conjunto al lugar donde uno de los dirigentes del motín disparó e hirió a uno de los oficiales. Los soldados dispararon sobre la cabeza del motín y les ordenaron dispersarse; pero entonces el grupo atacó a los soldados que empezaron a disparar y asesinaron a un gran número de personas.

En esos momentos otro grupo del motín empezó a saquear tiendas, especialmente aquellas en donde había armas, municiones y licores.

En un local de negocios frente al Malecón, algunos amotinados, luego de romper las puertas empezaron a saquear; los soldados se apresuraron a ir al lugar y abrieron fuego, matando a 30 o 40 personas en esa tienda, disparando a todos, no permitiendo escapar a nadie. La mayor parte de los cuerpos fueron arrojados al río.

Los huelguistas entraron también a casas privadas e impidieron trabajar a la servidumbre, forzándolas a unirse a la demostración, obligándolas a llevar banderas, banderines, etc., al frente de la manifestación siendo varias de ellas asesinadas.

Estuvieron disparando bajos las ventanas del Consulado y cientos de amotinados estaba circulando alrededor del edificio, pero no lanzaron ningún insulto ni hicieron ninguna demostración hostil de importancia.

Antes del tiroteo la muchedumbre se concentró en una de las plazas (San Francisco) en que se pronunciaron discursos por mucha gente, entre otros uno pronunciado por el Gerente General del Banco del Ecuador, que declaró que todas las dificultades que elos habían tenido acerca del problema del cambio se debía a las instituciones norteamericanas asentadas en el país, ya que ellas obtenían todas las licencias, sin dejar ninguna para los negocios locales.

Yo estoy contento porque el Gerente General del Banco del Ecuador, no sea amigo de los Esta-dos Unidos de Norteamérica; sin embargo, el Sub Gerente es muy amigo nuestro.

Un hombre joven de buena familia dirigió la palabra a la muchedumbre, señalando que todo el problema del país sobre el valor del cambio, se debía al Banco Comercial i Agrícola, por cuanto ellos habían emitido y puesto en circulación 70 millones de sucres en billetes, cuando solo esta-ban facultados para emitir 18 millones. Este joven más tarde fue amenazado con su arresto, pero él desafío a la policía, sosteniendo que su declaración era verdad.

Más tarde cesó la huelga por las demandas de aumentos de salarios, todas las organizaciones se concentraron en el asunto del cambio, lo que parecía ser el punto principal de la contienda.

Fue evidente que desde el comienzo de la huelga del ferrocarril había detrás un movimiento político que dirigía la acción de los huelguistas. Esta fue planeada con la intención de parte de los enemigos de la presente administración, de obtener el control de Guayaquil, e iniciar una revolución con el propósito de derrocar al presidente Tamayo.

El orden fue restablecido dentro de las 24 horas y el presunto líder del movimiento Dr., Enrique Baquerizo Moreno, conjuntamente con dos dirigentes de los huelguistas fueron expulsados del país.

Se estima que los muertos fueron 250, y cerca de un número igual de heridos…

Firma F: W Golding
Fuente; Archivo Nacional de Los Estados Unidos de Norteamérica – Grupo de informes 59.
Traducción: Cecilia Escobar de Jara.
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